jueves, 18 de octubre de 2007

Grupo de guiaas caninos de busqueda y rescate

El SAMER es el Servicio de Asistencia Municipal de Emergencias y Rescate y su objetivo es la protección física de las personas y de los bienes en Las Rozas. Hasta aquí, la definición técnica, sin embargo el SAMER es mucho más que eso, sobre todo es prevención. Pero antes de entrar en detalles hagamos un poco de historia.

En 1989 nació Protección civil de Las Rozas, que se creó como una agrupación más de voluntarios como la que hay en muchos municipios de España. En poco tiempo, ese servicio se hizo importante en la Comunidad de Madrid, tanto por volumen de personal voluntario como por la cantidad de servicios prestados. Con el tiempo, Protección Civil firmó un convenio con el Ministerio de Justicia por el tema de la objeción de conciencia. Después, con la supresión del servicio militar obligatorio, los objetores de conciencia desaparecieron y este servicio afrontó una nueva etapa. “Se planteó hacer un servicio profesional, el Ayuntamiento apostó por ello y así nació el SAMER”, explica Ángel Pesquera, el jefe de este servicio de emergencias en Las Rozas. Desde entonces Protección Civil pasó a ser la cara voluntaria y el SAMER la profesional de esta moneda. “La verdad es que no hay distinción entre el personal, todos tienen la misma formación, porque al fin y al cabo cuando estamos en la calle somos todos iguales”, puntualiza Pesquera, que añade, “con el SAMER hemos garantizado que Las Rozas tenga una UVI móvil durante las 24 horas del día.”.

En la actualidad hay 50 profesionales y 70 voluntarios que realizan más de 2.700 intervenciones al año de todo tipo, desde cubrir la clásica emergencia de “niño que se ha roto un brazo” hasta rescates en montaña gracias al grupo de perros de salvamento, con un tiempo de respuesta de 4 minutos en Las Rozas y de 6 o 7 minutos en el caso de Las Matas. Unos períodos récord si tenemos en cuenta que se calculan desde que se contesta al teléfono hasta que se llega al lugar de la incidencia; y más aún sabiendo que la base estaba situada en pleno polígono Európolis, una zona bastante conflictiva entre semana debido a la gran cantidad de talleres que obstaculizaban la salida de los vehículos del SAMER.

Pero eso ha cambiado porque este servicio tiene nueva sede, situada en un área mucho más abierta, enfrente precisamente del polígono. “Ahora tenemos mejor salida al pueblo, a Las Matas y a la carretera de la Coruña, pero sobre todo hemos cambiado a un edificio bonito y funcional”, comenta el jefe del SAMER orgulloso de su nuevo lugar de trabajo. Y lo cierto es que no exagera porque la verdad es que estéticamente es distinto a todo lo que se ha hecho hasta ahora en Las Rozas, pero además no se puede negar su funcionalidad. En sus instalaciones se ha separado perfectamente el área administrativa de la zona de emergencias, de manera que no se molestan entre sí a la hora de desarrollar sus respectivas funciones. Del mismo modo que los voluntarios y profesionales sanitarios no se cruzan en el camino del personal administrativo, tampoco los vehículos tienen ningún impedimento a la hora de salir a toda velocidad del recinto.

Sin embargo, esta nueva sede no es ningún capricho. Ángel Pesquera explicaba así su necesidad, “desde el año 93-94 el servicio ha cambiado tanto en medios como en materiales, desde entonces se ha cuadriplicado el servicio y ahora tenemos 15 o 16 vehículos y en el polígono habríamos tenido que dejar algunos en la calle. Además hay mucho material, así que había que hacer un edificio nuevo, porque en la zona en la que estábamos antes no había posibilidad de ampliación”. Una vez tomada la decisión, sólo faltaba buscar una parcela adecuada que permitiera una salida rápida a todas las zonas del municipio y así se hizo.

Cultura preventiva

Como decíamos al principio, el SAMER es más que emergencia y rescate, es un servicio de prevención, que se esconde tras el trabajo diario y que se demuestra por ejemplo con el hecho de que desde septiembre se venga recopilando sal, hasta los 30.000 kilos que ya se almacenan en su recinto.
“El SAMER sirve para proteger a las personas físicas bienes y materiales, eso significa que yo tengo que intentar prever todo lo que pase en Las Rozas y solucionarlo. Para ello hemos hecho un Plan de Emergencia Municipal, con el que hemos hecho un estudio entero de lo que es la localidad. Se ha valorado todo, inundaciones, nevadas, incluso terremotos o atentados terroristas...”, afirma Pesquera. Y si tenemos tenemos en cuenta que en toda la región tan sólo existen cuatro planes como este, no nos queda más remedio que reconocer que el municipio parece estar en buenas manos, en cuanto a prevención se refiere.

Otra de las facetas preventivas de este servicio es la desarrollada por la unidad ciclista que vela por la seguridad sanitaria en la Dehesa de Navalcarbón.

Pero la cultura preventiva no termina aquí puesto que los responsables del SAMER se encargan de inculcar este concepto entre la ciudadanía. “Hemos empezado a dar charlas a los niños de tres años, en las que jugando, les enseñamos a evacuar el colegio. Así cuando ese niño tenga 18 años ya lo hará de forma espontánea. Tendrán una cultura preventiva que habrán ido adquiriendo poco a poco sin darse cuenta”, concluye Pesquera, el responsable que no duda en acudir a cualquier lugar del mundo donde se necesite ayuda. De Pozuelo a Madrid y de Turquía a Perú. No tienen más que llamarles.

No hay comentarios: